Cómo se vivió el referéndum del 1-O en un colegio electoral de Barcelona

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Cataluña vivió el domingo 1 de octubre un día importante. Millones de catalanes acudieron a las urnas para medir el pulso independentista durante una jornada que, ya a primera hora de la mañana, dio señales de que estaría marcada no solo por los resultados del referéndum, sino por las circunstancias en las que tendría que celebrarse.

Sputnik fue testigo de ello en Barcelona desde primera hora de la mañana, cuando cientos de personas se agolpaban ya en Fort Pienc, en uno de los colegios electorales del barrio del Eixample. Los gritos de '¡Votaremos!' recorrían una cola kilométrica que conseguía dar la vuelta a la manzana. 

© Sputnik / Fernando SalgueiroUn colegio electoral en Barcelona
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Ni la lluvia, que pondría a prueba la paciencia de miles de ciudadanos durante toda la jornada, consiguió que las colas se deshiciesen. 

"Llevo aquí desde las ocho de la mañana, pero hay gente que lleva desde el sábado", nos confiesa Marta.

Y es que la orden de los Mossos d’Esquadra era clara: cerrar los colegios antes de su apertura. "La gente vino antes de que abriesen los colegios para protegerlos y para que no pudiesen cerrarlos", explica.

El misterio de las urnas

Aquellos que acudieron a los colegios antes que Marta fueron testigos de cómo las urnas conseguían llegar hasta los centros de votación. Uno de esos testigos fue Núria, vecina del Eixample. Desde las once del sábado había estado en el instituto Maragall "para hacer piña". A esa hora ya eran decenas las personas que estaban allí, nos explica.

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"Hacia las cinco de la mañana empezaron a llegar al colegio furgonetas con las urnas. Cuando llegaron, la gente, que estaba sentada en el suelo para proteger la entrada, empezó a escuchar gritos de '¡Pasillo, pasillo!' de encapuchados en las furgonetas para que les dejásemos entrar. Nos apartamos y entraron corriendo con las urnas metidas en bolsas de basura".

Vídeo: Así votó Cataluña por la independencia 

En el colegio electoral Balmes varias personas fueron también testigos de cómo transportaban las urnas, el único objeto —y el único clave— para que la votación fuese posible. Jaume, un joven del Eixample, nos lo explica entusiasmado. "Yo llevaba en el colegio desde las cinco de la mañana, después de volver de fiesta, y al rato llegó una furgoneta. No sé quiénes las transportaban, pero los que estábamos allí empezamos a aplaudirlos", dice. 

© Sputnik / Fernando SalgueiroUn colegio electoral en Barcelona
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"En seguida, los que las llevaban empezaron a pedirnos que no aplaudiésemos. 'Callaos, callaos', nos decían. Nos pidieron que no le explicásemos a nadie que las urnas habían llegado por si acaso. ¡Estaba alucinando! ¡Eran solo urnas! ¿En serio? ¿Todo esto solo para poder votar?", explica Jaume, llevándose las manos a la cabeza.

Durante el transcurso del día, la Guardia Civil y la Policía Nacional consiguieron requisar las urnas de decenas de colegios.

Votar por las malas

"Llevamos aquí desde las cuatro de la mañana, por si acaso", decía una de las congregadas ante el instituto Maragall. "El día va a durar años, acuérdate de lo que te digo". 

Muchos ya habían votado, pero los voluntarios repetían con un megáfono el mismo mensaje durante todo el día. "Haced piña, no os vayáis. Tenemos que proteger la entrada del colegio por si viene la policía". Las instrucciones eran claras: sentarse a las puertas del centro y proteger los laterales. Ya estaban siendo decenas los colegios en los que la policía había conseguido entrar.

© Sputnik / Fernando SalgueiroAgentes de la Policía en Barcelona
Agentes de la Policía en Barcelona - Sputnik Mundo
Agentes de la Policía en Barcelona
La mayoría eran jóvenes que entonaban consignas y cantaban canciones para no aburrirse. "Las calles serán siempre nuestras", "independencia" y "los catalanes hacen cosas" se repitieron durante todo el día.

Las precauciones de primera hora se mantuvieron durante toda la jornada. Las miradas de sospecha entre los voluntarios se dejaban ver cada vez que alguien entraba en los colegios.

"Hay rumores de que la policía está entrando en los centros de paisano haciendo ver que quiere votar y, una vez ante las urnas, se identifican y se las llevan", dice a Sputnik una de las congregadas ante el instituto Maragall. Un voluntario con un megáfono también advierte a los demás concentrados.

"Queremos dar las gracias a todos los que están protegiendo las entradas del centro. Seáis bienvenidos porque estamos todos en esto. También queremos dar la bienvenida a los infiltrados que hay entre nosotros. Sabemos que estáis aquí. Disfrutad de la fiesta de la democracia".

"Si vienen, nos daremos cuenta"

A partir del mediodía, el ambiente comenzó a tensarse en todos los colegios electorales del centro de Barcelona. La Policía Nacional había conseguido abrirse paso en el centro Ramon Llull, del barrio de Fort Pienc, y se había llevado las urnas. Consiguieron lo mismo en el Jaume Balmes, del distrito del Eixample, donde para llegar hasta ellas se abrieron paso a porrazos entre los votantes. En el instituto Escola del Treball, con el mayor censo de votantes de toda Cataluña, barricadas de palés, sacos de arena y vallas bloqueaban las entradas. La policía no consiguió entrar, pero los allí congregados no se libraron del sonido de las sirenas de más de siete furgones de la Policía Nacional alrededor de la escuela.

A las cinco de la tarde, el dispositivo policial desplegado por toda Cataluña había cerrado ya 92 centros de votación —que, según el portavoz del Gobierno catalán, Jordi Turull, se sumaban a los 227 colegios cerrados por la policía autonómica—.

Uno de los corpulentos voluntarios que custodiaba la entrada del colegio de Maragall, nos explica que "la gente aquí está al tanto de cualquier sirena".

"Hace nada nos dijeron por WhatsApp desde otro colegio que habían visto veinte furgones de la Policía Nacional yendo por la calle Guipúzcoa. Eso está cerca de aquí".

Los votantes, que siguen cantando y "haciendo piña" mientras se escucha música desde los altavoces de una cafetería cercana que los ha colocado fuera "para animar la tarde", miran un par de veces hacia la calle cuando oyen motos o autobuses.

© Sputnik / Fernando SalgueiroLa gente espera para conocer los resultados del referéndum del 1-O
La gente espera para conocer los resultados del referéndum del 1-O - Sputnik Mundo
La gente espera para conocer los resultados del referéndum del 1-O

Dos horas después, a las ocho de la tarde, las puertas de más de 2.000 colegios electorales se cerraban y se abrían miles de paraguas, la jornada había terminado.


LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK Y LOS TEXTOS ESTÁN AUTOEDITADOS POR LOS PROPIOS BLOGUEROS

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