"Esto no se va a quedar en una cosa pasajera. El 1 de octubre habrá disturbios, pero esperemos que no pase nada de lo que después nos tengamos que arrepentir".
El interlocutor habló con Sputnik de sentimientos encontrados. Lo que verá la Guardia Urbana el día 1 de octubre, dice, será diferente de lo que está acostumbrada a ver.
"No nos vamos a encarar con delincuentes sino con gente normal que quiere votar. Eso te afecta mucho. Vamos a ver al vecino, a la madre del amigo de mi hija, al panadero queriendo votar y tú no permitiéndoselo", dice emocionado a Sputnik.
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Así, habló de "fractura social" y reconoció que es una situación muy personal. "Lo que está pasando es muy nuestro y nos toca a todos, tanto a los que son independentistas como a los que no", recalcó, y añadió que los policías urbanos tienen una lucha interna con el referéndum.
Órdenes
La lucha la comparte el Mosso d'Esquadra que aceptó hablar con Sputnik.
"A los Mossos se nos dictarán órdenes y tendremos que acatarlas", pero matiza, "todo tiene un límite y antes de Mossos somos personas, sobre todo cuando todas estamos en el mismo barco y el 1 de octubre es el resultado de un Estado que no sabe dialogar".
"Tú imagínate a cuatro Mossos custodiando un colegio electoral y ante ellos a 4.000 personas que quieren pasar. Si se agota la vía del diálogo, ¿qué haces?", cuestiona el guardia urbano en su entrevista con Sputnik.
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El Mosso d'Esquadra coincide. Cree que muchos no aceptarán lo que se les diga y que no bloquearán a quienes quieran entrar en los colegios electorales a votar. Al preguntarles si votarán, ambos asienten. Votarán.
La hora de la verdad llegará el 1 de octubre.