En setiembre de 1941, en plena Segunda Guerra Mundial, el dibujante y productor Walt Disney visitó cuatro países de Latinoamérica por encargo directo del Gobierno de Franklin Roosevelt. Tras 76 años, aquel viaje es considerado un punto de partida de la colonización cultural de la región por parte del gigante del norte, según el especialista.
Las pantallas pronto se convirtieron en el método más eficaz para transmitir contenidos. Surgía la industria del entretenimiento asociada al cine que, según Contreras Natera, es un "elemento central del debate político a través de la construcción de sentidos". Roosevelt miraba con preocupación la influencia que ejercían las Potencias del Eje sobre algunos países, y decidió que la mejor forma de revertirla era enviar a su principal embajador cultural.
Chile, Argentina, Brasil y Uruguay fueron los destinos elegidos. Disney mantuvo reuniones con altos representantes de todos los gobiernos, incluidos presidentes, para transmitir el mensaje del mandatario estadounidense.
Asimismo, tras la gira, el creador del Ratón Mickey incorporó personajes estereotipados de Latinoamérica a sus producciones, atrayendo cada vez más al público latino. "Mickey Mouse es una marca que conformó imaginarios basada en prejuicios de cómo EEUU mira a la región. Los receptores de esa información comienzan a pensarse de la forma en que han sido pensados. Así Disney pasó a ser uno de los embajadores culturales en la 'guerra blanda' contra América Latina y el mundo", indicó el académico.
A mediados de los años 40, el presidente estadounidense Dwight Eisenhower dijo que la guerra fundamental era la psicológica. "Los vínculos entre cine y política se vuelven evidentes cuando uno observa el papel que cumplió el senador Joseph McCarthy en la conformación de espacios de censura. Algunos cineastas lograron construir su carrera de éxitos sobre esta base. En paralelo, entre las décadas de los 40 y 60 comenzó una 'cacería de brujas' a artistas vinculados al comunismo. Se mezcló la guerra blanda con las formas frontales de combate cultural", destacó el profesor.
Del mismo modo, filmes hollywoodenses actuales no escapan a esta lógica de control. "Películas como 'Contacto' muestran a una civilización avanzada que entra en contacto con la nuestra. La seguridad nacional se pone como uno de los principales temas a analizar, donde el Pentágono ocupa un rol protagonista", apuntó el académico.
Aunque para el profesor venezolano no hay otro productor cultural de las dimensiones de Estados Unidos, afirma que hoy en día hay una "respuesta local masiva" en muchos países donde se ven intentos de establecer una tradición de contenidos "sin mediación de las grandes modas de la industria cultural de Hollywood".
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"Diferentes países están intentando crear audiencias más parecidas a nosotros, ya no mediadas por lo que piense Mickey Mouse o James Bond. Son elementos de contra hegemonía. Hay que resaltar además que Hollywood está sufriendo una competencia importante desde el propio capitalismo, con operadoras como Netflix, HBO y la oligopolización de la industria cultural de Fox", concluyó.