"Ahora estamos en el MinCyT junto a nuestros científicos pidiendo la reincorporación de todas y todos los expulsados del Conicet", informó en las redes sociales el Centro de Estudiantes de Ciencias Exactas y Naturales (CECEN) de la Universidad de Buenos Aires.
Hacía más de tres meses que no se convocaba ese espacio de negociación para tratar de destrabar el conflicto.
En un acuerdo suscrito el 23 de diciembre de 2016, el Gobierno argentino había prometido prorrogar hasta el 31 de diciembre de este año la beca de 508 científicos que se habían postulado para la carrera de investigador científico y tecnológico y que habían sido recomendados.
El Ejecutivo también aceptó que una vez finalizaran las becas postdoctorales en 2017, los investigadores fueran incorporados a universidades y entidades estatales de ciencia y tecnología, y no a compañías privadas.
De acuerdo a la base de datos del Conicet, en 2015 fueron admitidos 899 investigadores en el organismo, y en 2014 ingresaron 837, los números más altos que se registraron durante los dos períodos de Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015).
En 2016, en cambio, sólo fueron aprobadas 455 nuevas plazas.
Durante la campaña electoral que lo consagró en la Presidencia, Mauricio Macri se había comprometido a aumentar la inversión en ciencia y tecnología hasta que esta representara el 1,5% del Producto Interno Bruto (PIB).
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En el Presupuesto 2017 sancionado por el Congreso, se incluyó un recorte de casi el 30% para esta área, pasando del 0,71% del total de la partida en 2016 al 0,59% de este año.
El Gobierno aumentó después, en 900 millones de pesos (casi 53 millones de dólares), la cifra destinada a ciencia y tecnología, aunque la reducción presupuestaria con respecto a 2016 fue de casi 6.000 millones de pesos, unos 353 millones de dólares.
