"Pero no creo que genere grandes bonanzas económicas ni que represente una amenaza para los residentes y turistas", señala el concejal.
Defensa mantuvo en la ignorancia a la comunidad de Unst —en torno a 600 residentes permanentes— sobre sus planes para instalar un nuevo radar en el extremo norte de esta isla, cuya prosperidad está enlazada con el turismo.
"La gente viene atisbar aves, nutrias, ballenas… a disfrutar del entorno natural y no me gustaría que crean que la isla puede ser atacada o ha sido militarizada debido al radar", añadió.
La instalación acústica formó parte del sistema de alerta temprana —con Noruega, las islas Feroes e Islandia— durante la Guerra Fría, según recuerda el presidente del c oncejo.
"Rusia no bombardeó el radar durante todos esos años y no espero que lo haga ahora", puntualizó en su entrevista con esta agencia.
El ministerio de Defensa planea activar la instalación a finales de 2017 de acuerdo con un calendario de trabajos que Thomson cree muy ajustado.
La avanzadilla de un equipo estimado en unos 30 técnicos ya ha llegado ya la isla y pernocta en plazas hoteleras y residencias de vacaciones que normalmente cierran en el invierno.
La RAF vendió los edificios de su base que se han remodelado en un complejo turístico comercial.
"Reabrir la base militar asustaría a los turistas y no creo que eso suceda", advierte Thomson.
Tampoco esperan que el retorno del radar dé empleo a los lugareños ni contribuya a mejorar la economía de las Shetland a largo plazo.
Una vez en marcha, el radar será operado por control remoto desde algún punto menos septentrional del Reino Unido, según la información adelantada por Defensa al concejo de Unst.