El jefe del servicio agrícola ruso señaló, en una entrevista a la cadena Rossiya 24, que la proporción de trigo de la 3ª clase alimentaria —de la que se hornea el pan— es mayor que la del año pasado, alrededor de un 25% frente a un 22% en 2016. En total, la proporción de trigo permitido para el consumo humano este año alcanzó los 65-68%. El resto será destinado al pienso y la alimentación animal.
"Hemos abierto nuevos mercados como Laos, que antes no adquiría. Colombia, que tampoco adquiría, ahora comenzó. Venezuela, por supuesto, debido a las diferencias con EEUU. A México hemos enviado 300.000 toneladas de cereales", especificó Dankvert en su entrevista.
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El embargo alimentario, introducido por Moscú en respuesta a las sanciones de Occidente en el año 2014, tuvo un impacto muy positivo en la agricultura del país. Tan solo en unos años, Rusia, que ha apostado por el autoabastecimiento, ha sido capaz de aumentar las cosechas y ganarle parte del mercado mundial a EEUU, Canadá o Australia en regiones como Asia, América Latina o África.