Esto, según el experto en terrorismo José María Gil Garre pone de manifiesto que este fenómeno está en una constante "metamorfosis dinámica" que modifica sus estrategias dificultando la labor antiterrorista.
Este fin de semana el diario francés Le Parisien informó de que las autoridades galas están aumentando sus trabajos de prevención sobre posibles ataques mediante el sabotaje a trenes, incendios forestales o envenenamiento de alimentos en Europa.
"En el último número de Inspire, que es la revista de Al-Qeada, se explicaba con todo lujo de detalles fotográficos cuáles son las técnicas para atacar haciendo descarrilar trenes", señala Gil.
No obstante, las recientes "referencias expresas" en distintos órganos de propaganda sí llevan a este experto a apreciar un riesgo creciente de estos tipos de ataque, sobre todo si esa "intensificación de los mensajes" se analiza desde el prisma del galopante aumento en la frecuencia de los ataques.
"El terrorismo yihadista es una amenaza muy difusa y líquida, un individuo puede dar una orden en Siria a través de una revista y distintos individuos que viven en París, Londres, Madrid o Moscú pueden asumirla como un mandato ejecutivo", apunta Gil.
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En opinión de este experto, el hecho de que los seguidores o integrantes de organizaciones yihadistas en Europa puedan "cambiar constantemente de tácticas" supone "un reto importante para las fuerzas de seguridad" ya que estas no tienen un patrón de conducta fijo al que atenerse.
"Esa metamorfosis dinámica, que en otro tipo de estructuras podría suponer una vulnerabilidad, en ellos se convierte en una fortaleza", explica Gil antes de subrayar que, frente a esa flexibilidad, las tácticas para contrarrestar al terrorismo por parte de las fuerzas estatales son más rígidas, ya que nunca pueden sobre pasar los límites de la legislación establecida.
A esa flexibilidad operativa se añaden las técnicas de ocultación de la conducta radical como la Taquiyya, por la que los elementos integrados en células terroristas pueden adoptar costumbres contrarias a su religión con el objetivo de no levantar sospechas entre las autoridades.
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Ante estos escenarios en los que "el cambio permanente es una táctica en sí misma", Gil aboga por una inteligencia aplicada a la operativa antiterrorista que se apoye en "el factor humano" mediante la presencia de individuos en las estructuras yihadistas.
Además, este experto cree que la lucha antiterrorista mirar más allá del terreno policial y militar mediante la creación de narrativas y mensajes capaces de poner freno a los procesos de radicalización.
Nuevas metodologías de ataque yihadista
José María Gil Garre afirmó también que el terrorismo yihadista es un fenómeno "poliédrico" y multidimensional" que todavía tiene que mostrar "muchas más caras" y nuevas "metodologías" de ataque.
"Este terrorismo es poliédrico, multidimensional, y aún va a mostrarnos muchas más caras: quedan metodologías anunciadas por el propio yihadismo que todavía no han sido empleadas y que pueden causar verdaderos estragos", asegura este experto.
Sobre el riesgo de ataques en trenes, Gil destaca que las infraestructuras ferroviarias fueron un objetivo tradicional de yihadismo en Europa, por lo que los recientes llamamientos a realizar atentados en ese ámbito solo suponen una "novedad momentánea" en torno a una técnica teorizada hace más de una década.
"Lo inquietante, más allá de atender a esta amenaza concreta, es observar que las diferentes metodologías anunciadas hace quince años por los tácticos del terrorismo yihadista, con el tiempo se han ido aplicando en distintos escenarios", relata
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Este experto recuerda que los textos de Abu Mu'sab al-Suri, uno de los tácticos más importantes de Al Qaeda, ya teorizaban hace más de una década el uso de vehículos para atropellos masivos en espacios críticos, tal como ocurrió en los últimos meses en Niza, Barcelona o Berlín.
Gil prefiere no detallar cuáles son las metodologías de ataque que aún no fueron implementadas en Europa para evitar servir de altavoz de las organizaciones yihadistas, aunque detalla que algunas son relativamente "fáciles de implementar".
"Cuando lo hagan, nos percataremos de que la amenaza es más difusa, más liquida y más incontrolable de lo que pensamos", apunta.
"Este fenómeno no ha hecho más que crecer desde los años 80 con el conflicto afgano-soviético, lo que es un fracaso de toda la comunidad internacional", relata,
De hecho, prosigue Gil, "cuando el terrorismo yihadista se expresa bélicamente en un territorio y se realizan bombardeos desde coaliciones internacionales éste muestra más resiliencia y actúa de forma más asimétrica".
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Por ello, este experto cree que la lucha antiterrorista debe mirar más allá del terreno policial y militar mediante la creación de narrativas y mensajes capaces de poner freno a los procesos de radicalización.