Washington exigió el 31 de agosto que Rusia cerrara su consulado en San Francisco y otros dos anexos de la legación en Nueva York y la capital del país para el 2 de septiembre. El Departamento de Estado justificó la medida como respuesta a la propuesta rusa de recortar la plantilla de las legaciones diplomáticas y consulares de EEUU en el país eslavo.
La respuesta de Rusia
En una entrevista con el medio ruso Izvestia, Kisliak puso de relieve que Moscú no debe apresurarse en responder a las acciones de Washington.
"El ministro [de Exteriores] Serguéi Larvov tenía toda la razón al decir que debemos analizar la situación meticulosamente. Estoy seguro de que determinaremos nuestros próximos pasos y tomaremos medidas de respuesta, más aún cuando tenemos muchas opciones para ello", declaró el diplomático ruso.
Kisliak también habló sobre el cierre del consulado general ruso en San Francisco.
"Ahora, centenares de ciudadanos rusos que, por cosas del destino, viven y trabajan en la costa Oeste [de EEUU] pierden la posibilidad de tener un contacto cómodo con los representantes del Estado ruso… Nuestros ciudadanos que se ven en un apuro a menudo se dirigen a la Embajada para que en última instancia proteja sus derechos. Lo que Estados Unidos hace ahora no solo es un ataque contra las instituciones diplomáticas, sino un ataque contra los intereses de los ciudadanos rusos", manifestó el exembajador.
Al mismo tiempo, Kisliak argumentó que Moscú y Washington todavía tienen espacios para la cooperación. En particular, mencionó los problemas relacionados con el terrorismo, la intolerancia religiosa y la inestabilidad en ciertas regiones del planeta.
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"Al permanecer en un estado de tensión y electrizado, Estados Unidos ha tomado tantas decisiones formales que obstruyen la cooperación que será muy difícil superarlas incluso en condiciones favorables. Lamentablemente, este estado de las cosas va a durar mucho tiempo", señaló.
Un mundo cambiante
El exembajador opina que Estados Unidos ya no puede dominar el mundo, pero esto es algo que su clase dirigente todavía no ha entendido. Por ello sigue actuando tal y como lo venía haciendo.
"Existen factores fundamentales que determinan la política de Estados Unidos en el mundo. Entre ellos, está la convicción del pueblo estadounidense de que su país es excepcional, ungido por Dios para guiar a los demás", dijo Kisliak, que añadió que las posturas tanto de los republicanos como de los demócratas coincidieron en esta cuestión durante las elecciones presidenciales.
"Esta es una situación que tiene una inercia de larga duración… Lo que está pasando ahora es resultado de la difícil adaptación de EEUU a un mundo que está cambiando, un mundo en el que ya no tiene capacidad para la dominación absoluta", subrayó el diplomático.
A su juicio, en estas nuevas condiciones, Rusia es un país que está listo para defender sus intereses, algo que ha sido percibido como un reto por parte de Washington.
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"Esto es algo a lo que seguirán acostumbrándose durante un largo período. Este período no va a ser fácil. De todos modos, esta es la realidad objetiva. El mundo cambia", indicó Kisliak.
Procedimiento judicial
El presidente ruso, Vladímir Putin, declaró el 5 de septiembre que Moscú está dispuesta a demandar a Washington por el conflicto sobre las propiedades diplomáticas de Rusia.
Según el mandatario, Washington privó a Rusia del derecho de usar sus propiedades, algo que constituye una violación grave de las normas internacionales.
"De verdad, esta es una [decisión] sin precedentes. Como graduado de la Facultad de Derecho de la Universidad de San Petersburgo puedo asegurarles que cualquier abogado les diría que el derecho de la propiedad consta de tres elementos: derecho a poseer, a usar y a disponer", recalcó el líder ruso.
Putin añadió que EEUU tenía derecho a recortar la plantilla de los diplomáticos rusos presentes en el país, pero lo hicieron de forma insolente.
El canciller ruso Serguéi Lavrov ya advirtió al secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, de la posibilidad de que Rusia demandara a EEUU y tachó las acciones de Washington de "toma" y "violación flagrante de las normas internacionales".
