"Es probable que haya más provocaciones. Haremos todo lo posible por garantizar la seguridad de nuestros ciudadanos apoyándonos en nuestra alianza con EEUU", declaró Abe durante una reunión del Gabinete.
A mediados de agosto se supo que el Ministerio de Defensa de Japón se propone incrementar la capacidad de la defensa antimisiles con sistemas terrestres Aegis Ashore e incluirá en la estimación presupuestaria para 2018 la compra de dichas armas, que vendrían a complementar los misiles interceptores SM-3 de la versión naval a bordo de varios destructores japoneses y una treintena de sistemas PAC-3 estacionados en las principales bases militares y en las zonas más pobladas.
Según las estimaciones previas, la bomba tuvo una potencia de entre 50 y 70 kilotones, varias veces superior a la de la bomba atómica que EEUU lanzó sobre Hiroshima en agosto de 1945.
Fue el sexto ensayo atómico desde que Corea del Norte se proclamó potencia nuclear en el año 2005; los anteriores tuvieron lugar en 2006, 2009, 2013 y dos en 2016.
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También amenazó con un ataque preventivo a la isla estadounidense de Guam y disparó un misil de medio alcance que sobrevoló una parte del territorio de Japón.
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En 2016, Pyongyang realizó más de 20 ensayos de misiles balísticos y dos pruebas nucleares, desoyendo las prohibiciones del Consejo de Seguridad de la ONU.
