Los animales viven en celdas vecinas y a menudo interactúan, dicen los cuidadores del recinto. De hecho, casi siempre Strelka, la cabra, es la que empieza la relación. A pesar de tener un aspecto terrorífico, Sienia, el puercoespín, tiene un carácter acogedor, buen corazón y una disposición siempre alegre.
Es más, Sienia también ha creado un lazo de amistad con el conejillo de indias Seva, con quien incluso comparte 'habitación'.
"Los cuidadores un día notaron cómo el puercoespín le traía comida a la cabra. Ambos tienen un carácter muy tierno, pero ella siempre tiene hambre", dice Alina Aliautdinova, la directora de comunicaciones del zoológico.
Los empleados del zoológico aún no se deciden sobre si unir o no sus celdas, prefiriendo ver cómo se desarrollan sus relaciones. Pero en algo parecen estar todos de acuerdo: el amor (al menos por la comida) no tiene límites.