"Kodírov permanecerá bajo arresto hasta el 31 de octubre", dispuso el tribunal.
La investigación estableció que Kodírov militaba en Daesh y en agosto pasado recibió de sus jefes en Siria la orden de perpetrar una explosión suicida en Moscú, después de lo cual fabricó un artefacto explosivo que detonaría en una zona concurrida, según el fiscal.
A Kodírov se le imputan los delitos de pertenencia a una organización terrorista, asociación delictiva para llevar a cabo un atentado y tenencia ilícita de explosivos.
Al comparecer ante el juez, el individuo reconoció su culpabilidad, afirmó que se había equivocado y pidió perdón.
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Uno de los detenidos, según el comunicado oficial, había subido a la red un vídeo en el que juraba lealtad al Estado Islámico.
En el celular del individuo, que supuestamente planeaba realizar un ataque con uso de armas blancas, fueron descubiertos los datos de sus enlaces en Daesh y las instrucciones para cometer el crimen.
El otro detenido se iba a detonar en medio de una multitud y en su domicilio los agentes encontraron una bomba de gran potencia, así como componentes que había utilizado en la fabricación.