Sin embargo, EEUU no prevé expulsar a los diplomáticos rusos del país o confiscar los inmuebles, solamente quiere prohibir cualquier trabajo diplomático en dichas instalaciones. Washington garantizará "la protección de estos inmuebles".
La Casa Blanca aseguró que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tomó personalmente esta decisión. De esta manera, el mandatario continúa la 'guerra diplomática' iniciada por Barack Obama.
No obstante, durante su campaña electoral, Trump lamentó reiteradamente el 'caos heredado' de la Administración Obama en diferentes esferas, incluyendo la diplomática.
"Estados Unidos desea que, habiendo tomado una decisión de acuerdo con el deseo de paridad de la Federación de Rusia, se pueda evitar acciones posteriores en represalia desde ambos lados. Se pueda lograr la meta establecida por nuestros presidentes, es decir, mejorar las relaciones bilaterales e intensificar la cooperación en los campos de interés común. EEUU está dispuesto a aplicar medidas adicionales en caso de que sean necesarias", señaló la portavoz del Departamento de Estado de EEUU, Heather Nauert.
Al mismo tiempo, la representante de EEUU declaró que las autoridades estadounidenses "han cumplido por completo la decisión de Moscú de recortar la plantilla de los diplomáticos en Rusia".
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Asimismo, Nauert admitió que aquella decisión de Moscú "no tiene fundamentos y deteriora las relaciones entre nuestros países".
Lavrov se lamentó por la escalada de tensión en las relaciones bilaterales, la cual no fue iniciada por Rusia y "destacó que Moscú examinará escrupulosamente las nuevas medidas aplicadas por los norteamericanos y solo después anunciará su respuesta".
La introducción de medidas restrictivas coincidió con la llegada del embajador ruso a EEUU Anatoli Antónov. Durante su primera rueda de prensa, el diplomático comentó las acciones de la Administración Trump.
"Ahora tenemos que revisarlo con calma, con mucha calma y actuar de manera profesional. Hablando en un tono leninista, debemos abstenernos de impulsos histéricos", puntualizó Antónov.
El dictamen de Trump provocó reacciones diametralmente opuestas en Washington y Moscú.
"Es una buena decisión por parte de la Administración, la cual debería haber sido tomada en los últimos ocho años. Saludo esta medida aplicada por el presidente y exhorto a la Administración a ampliarla, haciendo más para atacar a los diplomáticos rusos por sus violaciones flagrantes de las reglas de viaje y procedimientos", explicó el senador republicano del estado de Arkansas Tom Kotton.
Sin embargo, no precisó de qué 'flagrantes violaciones' se trata.
"La demanda de cerrar los consulados es sumamente injusta, significa que EEUU anunció la fase activa de la guerra diplomática", declaró el presidente del Comité para Asuntos Internacionales de la Duma de Estado (cámara baja del Parlamento ruso), Leonid Slutski.
Slutski agregó que cerrar el consulado "es más grave que expulsar a los diplomáticos o embargar la propiedad diplomática".
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