Nikolái Slaviánov, ingeniero de las fábricas de cañones de Perm, demostró que era posible la aleación de metales con puntos de fusión muy diferentes.
El ingeniero soldó de manera consistente siete metales no fusibles, a la pieza le puso el nombre de 'vaso' y la presentó en una exposición internacional en Chicago, donde recibió por su invención una medalla y un diploma honorario.
Actualmente el 'vaso' original se conserva en su casa-museo de Perm y la única copia que hay se encuentra en el Museo de la Electricidad del Instituto Politécnico de San Petersburgo.
La idea de repetir la experiencia de Slaviánov llegó al director del Centro de Certificados de los Urales, Alexéi Sigáyev.
Los metales industriales más populares de la época de Slaviánov no son los mismos que los de ahora, incluso algunos no están fácilmente disponibles hoy en día.
Por lo tanto, el equipo de Sigáyev decidió reproducir el vaso utilizando metales más modernos, entre ellos, aluminio, acero, bronce, níquel, cobre y latón.
Tras afrontar una serie de desafíos, entre ellos la necesidad de repetir la soldadura para difuminar las líneas de unión entre los diferentes metales, los ingenieros lograron recrear el artefacto, el tercero de su tipo en existencia, y ofrecerlo como regalo al presidente del Centro Nacional de Control de Soldadura (NAKS, por sus siglas en ruso).
El reportaje detallado con muchas fotos está disponible en el blog personal de uno de los participantes del proyecto.
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