Cientos de austriacos y alemanes de la región de Baviera se dan cita durante estos días en la ciudad de Garmisch-Partenkirchen. El deporte, que lejos de ser una invención reciente hunde sus raíces en el siglo XVII, se juega por parejas. Los dos contrincantes se sientan en una mesa uno frente al otro y agarran con uno de los dedos de las manos una cinta de piel. El objetivo: tirar con todas sus fuerzas hacia sí hasta que uno de los dos ceda.
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Los combatientes se dividen en diferentes clases según la edad y el peso. El medio Spiegel asegura que no solo la fuerza bruta es importante. Una buena técnica y algo de maña también pueden servir para lograr la victoria.