Según estos datos, unos 200 futbolistas se doparon en 2016 y más de 150, en 2015.
"Los futbolistas y los cargos oficiales aseguran unánimemente que este deporte está libre de dopaje, nuestro grupo percibe estas declaraciones como un desafío, probaremos que mienten", dice un comunicado del grupo.
Los documentos publicados también indican que varios futbolistas de las selecciones de Argentina, Alemania e Italia, entre otros, consumieron sustancias prohibidas con fines terapéuticos en el Mundial de Sudáfrica 2010.
Fancy Bears saltó a la fama al revelar que la gimnasta estadounidense Simone Biles, medalla de oro en Río de Janeiro 2016, usó sustancias prohibidas durante las competiciones con el visto bueno de la WADA.
El escándalo de dopaje salpicó también a otros deportistas estadounidenses, entre ellos las tenistas Serena y Venus Williams, la jugadora de baloncesto Elena Delle Donne (medalla de oro en Río) y los ciclistas británicos Chris Froome y Bradley Wiggins (medalla de oro en Río).
En la lista figuran varios famosos, entre ellos el español Rafael Nadal.