"Reino Unido quiere seguir protegiendo el CTA […] y eso significa proteger la habilidad de circular libremente dentro del Reino Unido y entre Reino Unido e Irlanda", señala el folleto de 30 páginas con la posición negociadora británica sobre la isla de Irlanda.
El CTA se acordó en 1922, tras la proclamación del Estado Libre Irlandés, como un espacio sin fronteras y con una serie de derechos recíprocos, desde acceso al trabajo, educación, sanidad o servicios sociales, además de libertad de movimiento.
Además, Londres garantizará la libre circulación de ciudadanos de la UE por los 500 kilómetros de "frontera abierta e invisible entre Irlanda del Norte e Irlanda", añade la propuesta que el ministro del Brexit, David Davis, planteará al negociador de la UE, Michel Barnier.
El desmantelamiento de los puestos fronterizos e instalaciones militares a partir del Acuerdo de Belfast de 1998 se reconoce como "símbolo y dividendo del éxito del proceso de paz", según ha enfatizado el Gobierno de Dublín.
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La protección del también llamado Acuerdo de Viernes "debería incorporarse en el pacto de la Retirada", afirma la posición negociadora británica.
"Reino Unido e Irlanda han sido siempre claros en que necesitamos priorizar la protección del Acuerdo de Belfast en estas negociaciones y asegurar que la frontera terrestre sea lo más fluida posible para las personas y los negocios", declaró Davis.
El caso especial irlandés es, junto con la factura del divorcio y los derechos de la ciudadanía, prioritario en las negociaciones Brexit.