Nebenzia indicó que si los datos se comprueban, estos suministros serán una violación de la Convención sobre Armas Químicas al agregar que en primer lugar "necesitamos ver las pruebas".
El diplomático ruso no excluyó, además, que la comprobación de esa información podría ser realizada por el Mecanismo Conjunto de Investigación (JIM, en sus siglas en inglés).
El miércoles el Consejo de Seguridad de la ONU celebró una reunión sobre Siria en la que, según Nebenzia, no se examinaron los recientes informes sobre posibles suministros de sustancias químicas del Reino Unido y EEUU a este país árabe.
Por su parte, un portavoz del Ministerio de Exteriores británico declaró que "el Reino Unido no suministra armas letales a ninguna de las partes en Siria".
Previamente, el viceministro de Exteriores de Siria Faisal Mekdad declaró que el origen de las sustancias tóxicas halladas en los arsenales de los terroristas en Alepo y suburbios orientales de Damasco apunta a que fueron suministradas por EEUU y el Reino Unido.
Precisó que son granadas de mano y proyectiles para lanzagranadas, cargados con sustancias tóxicas irritantes CS.
Las municiones estarían producidas por la compañía Federal Laboratories en EEUU mientras los agentes tóxicos fueron fabricados por las empresas Cherming Defence UK (Reino Unido) y NonLethal Technologies (EEUU).
La oposición siria denunció el 4 de abril un supuesto ataque con armas químicas en la ciudad de Jan Sheijun, que se saldó con más de 80 muertos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), que culpó a Damasco por la tragedia.
Las autoridades sirias refutaron la acusación alegando que todos sus arsenales químicos fueron retirados del país y eliminados en 2016 bajo la supervisión de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ).
El Gobierno sirio aseguró que nunca empleó sustancias tóxicas ni contra la población, ni contra la oposición, ni contra los terroristas.
El 7 de abril EEUU atacó con misiles de crucero la base aérea siria de Shairat (provincia de Homs), desde la cual supuestamente se llevó a cabo el ataque químico, sin esperar la investigación ni presentar pruebas.
En entrevista con Sputnik, el presidente sirio Bashar Asad negó que se hubiese producido un ataque químico y calificó el caso de provocación para justificar el bombardeo a la base aérea, crucial en la lucha contra el terrorismo.