La hipoxia (como se denomina el estado de deficiencia de oxígeno) puede causar náuseas, mareos o confusión, entre otros síntomas, poniendo en peligro la vida de los pilotos, así como a los aviones de varios millones de dólares. El precio de un Hornets o Super Hornets oscila entre 30 y 60 millones de dólares cada uno, mientras que los F-35 pueden costar más de 120 millones de dólares, dependiendo del modelo.
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A finales de marzo, Bloomberg informó que el número de incidentes de hipoxia entre pilotos de los F/A-18 Hornets y Super Hornets ha crecido anualmente.
"La situación es un misterio. La causa de estos problemas se desconoce", comento al respecto el comandante Mike Hecht, portavoz de las Fuerzas Navales del Atlántico de EEUU, citado por Ciro Scotti.
Según el columnista, en declaraciones ante el Comité de Servicios Armados del Senado en junio, el vicealmirante Paul A. Grosklags, comandante de los Sistemas Aeronáuticos, afirmó: "No nos está yendo bien con el diagnóstico. Hasta la fecha, no hemos conseguido encontrar ninguna pistola humeante".