La horrorosa criatura mide 65 centímetros de largo y 50 centímetros de alto y está dotada de un sensor de rayos infrarrojos que siente la cercanía de animales como jabalíes.
Al detectar al animal salvaje, lo intimida encendiendo y apagando los LED rojos de sus ojos y emitiendo 18 tipos de sonidos en rotación, incluyendo un gruñido de lobo, una voz humana y un disparo de pistola.
Una cooperativa agrícola en Kisarazu, prefectura de Chiba, tomó prestado el robot de forma gratuita de la compañía productora, de Hokkaido, para probarlo.