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Lengua suelta: aliado de Macri se complica cada vez que habla

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A las vísperas de las elecciones primarias en Argentina, el exministro de Educación y precandidato a senador Esteban Bullrich, aliado del presidente, Mauricio Macri, colecciona declaraciones inoportunas que complican sus aspiraciones políticas.

Este 13 de agosto los argentinos salen a votar en las elecciones primarias, simultáneas, abiertas y obligatorias, conocidas como PASO. La jornada definirá los candidatos de cada partido a los cargos electivos de los poderes Ejecutivo y Legislativo a nivel nacional.

En los festivales de frases polémicas que muchas veces se convierten las campañas políticas, un aliado del presidente argentino, Mauricio Macri, viene llamando la atención a las vísperas de los comicios. Se trata del exministro nacional de Educación Esteban Bullrich, quien compite por la candidatura a senador del partido oficialista Cambiemos por la provincia de Buenos Aires.

En la prensa argentina se recoge una colección de sus dichos inoportunos cada vez que opina sobre algún tema de la agenda pública. En su más reciente declaración polémica, Bullrich celebró el Gobierno actual con el dato de que "todos los días hay un pibe más que está preso". En un lenguaje informal del español rioplatense, "pibe" se refiere a los menores de edad. La frase desató una lluvia de críticas porque denotó su defensa a políticas de más encierro y menos educación a jóvenes en situación de vulnerabilidad.

Pese a que pidió disculpas respecto a lo que pudo ser mal interpretado en su pensamiento sobre los "pibes", la declaración cayó muy mal porque, además, pocos días antes Bullrich ya se había involucrado en otra controversia. Durante una entrevista con un programa de radio, el aliado de Macri afirmó que cuando se aborta a "una beba" también se debería decir ‘Ni una menos', en alusión al movimiento que lucha contra los asesinatos de mujeres.

Las críticas resaltaron su desconocimiento e insensibilidad respecto a la violencia de género, más allá del inoportuno intento de aprovechar el delicado tema para remarcar su posición en contra del aborto.

En otro intento fallido de mezclar temas, Bullrich agitó la opinión pública en marzo en un viaje oficial a Holanda cuando todavía era ministro nacional de Educación. Durante una visita al museo de la antigua casa de Ana Frank, una emblemática víctima del nazismo, el exministro de Educación comparó la trágica historia de la joven judía con el panorama político de Argentina.

A su juicio, los sueños de Frank "quedaron truncos, en gran parte por una dirigencia que no fue capaz de unir y llevar paz a un mundo que promovía la intolerancia". La frase dio a entender que el régimen nazi abogaba por la paz y la unión y luchaba contra la intolerancia, pese a que su política basada en el antisemitismo condujo los países a la II Guerra Mundial (1939-1945).

Si como ministro de Educación sus declaraciones sobre temas de historia y de actualidad no tuvieron mucho éxito, tampoco le hizo bien su incursión en el área económica. A principios de julio, Bullrich se metió en una de las peores confusiones a raíz de su discurso. Cuestionado en otra entrevista radial sobre la crisis de la industria textil, los despidos y el desempleo, el oficialista aconsejó a los desocupados a crear emprendimientos propios, como invertir en la moda de la cerveza artesanal.

Los disparos contra el aliado de Macri partieron de todos lados, desde representantes de la propia industria cervecera como de expertos en Economía que resaltaron, entre otros puntos, el crecimiento de las importaciones de ese producto desproporcional a la fabricación nacional. Tampoco faltaron bromas respecto al incentivo para que los desocupados se ocuparan con cerveza.

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