Boguinski explicó que los Mi-28NE originales tienen dos cabinas, una para piloto y la otra para operador, y "el objetivo y la tarea principales de su modernización es hacerlo apto para ataque y entrenamiento, para que el helicóptero pueda ser pilotado desde cada cabina".
El suministro del primer lote de Mi-28UB para las fuerzas rusas en Siria está previsto para 2017.
Boguinski indicó que la experiencia en Siria permite definir qué modificaciones requieren las aeronaves rusas.
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En este sentido recordó la instalación en helicópteros de los sistemas de protección radioelectrónica Vitebsk: esta técnica crea alrededor de la aeronave un campo invisible que desorienta a los misiles guiados del enemigo.
"Es un ejemplo que revela la eficacia de la industria y cómo responde a cuestiones bastante problemáticas para salvar las vidas de nuestros pilotos", dijo.
Siria vive desde marzo de 2011 un conflicto armado que ha causado entre 300.000 y 400.000 muertos, según datos de la ONU.
Moscú lanzó en septiembre de 2015 una ofensiva aérea a solicitud del presidente sirio, Bashar Asad, para detener el avance de los grupos yihadistas.
Medio año después retiró el grueso de sus fuerzas al dar por cumplida su misión, aunque mantuvo su presencia militar en la base Hmeymim y en el puerto de Tartus.
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Otro repliegue del contingente ruso se realizó en enero de 2017.
En junio pasado el presidente ruso, Vladímir Putin, destacó la experiencia adquirida por las Fuerzas Armadas de Rusia en Siria.