"El Ministerio de Energía de Rusia no duda de que la UE tomó la decisión guiándose únicamente por las consideraciones políticas", dice la nota del ente.
El comunicado resalta que la intervención en un litigio entre dos entidades económicas es una violación de las normas internacionales mientras que la propia Siemens se convirtió en una "rehén de la situación".
"Estamos pendientes de las aclaraciones de la UE y por nuestra parte seguiremos garantizando la seguridad energética de los consumidores; las ambiciones políticas no deben obstaculizar las obligaciones de los Gobiernos nacionales ante sus ciudadanos", señala.
El 4 de agosto la Unión Europea incluyó a tres individuos y tres empresas rusas en la lista de sancionados.
Las empresas sujetas a las restricciones son dos divisiones de Technopromexport y la compañía Interavtomatika.
Siemens anunció el 21 de julio la rescisión de los contratos firmados con empresas rusas para el suministro de equipos a centrales eléctricas.
La empresa explica la medida con el supuesto "desvío" a Crimea de sus cuatro turbinas destinadas inicialmente para un proyecto en el sur de Rusia.
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La UE, que no reconoce la reincorporación de esta península a Rusia tras un referendo de 2014 en el que más del 96 por ciento de la población votó a favor de la reunificación, prohibió a las compañías comunitarias suministrar equipos energéticos a Crimea.