De acuerdo con el plan, grupos de albaneses uniformados para hacer creer que son militares o policías serbios cruzarán la frontera entre Serbia y Macedonia en una zona de difícil acceso y realizarán obras de reconocimiento en el área.
El plan es que las acciones de estos 'intrusos' sean grabadas por cámaras de seguridad para que Macedonia pueda acusar a Belgrado de violación de su integridad territorial y de una intentona golpista.
Hace unos días, la policía macedonia halló un almacén con armas en una pequeña localidad en la frontera del país balcánico con la autoproclamada Kosovo. Entre las municiones había granadas y lanzacohetes.
Los expertos consideran que, en caso de que la provocación se produjese finalmente, podría solucionar dos problemas a la vez para los albaneses étnicos: crear tensiones en Serbia, cuyo presidente anunció que tenía planes para comenzar el "diálogo interno" con Kosovo, y hacer que Macedonia cumpla con los requisitos presentados por los albaneses.
Por un lado, el diálogo con Kosovo anunciado por el mandatario serbio, Aleksandar Vucic, puede derivar en nuevas exigencias de Belgrado que Occidente posiblemente aceptaría, pero que pueden ser poco beneficiosas para los kosovares.
En caso necesario, los albaneses pueden movilizar hasta 160.000 personas en la autoproclamada Kosovo, así como en Macedonia, Montenegro e incluso Grecia, afirma el experto en seguridad Milan Mijalkovski en una entrevista con Sputnik.
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"Venimos recibiendo este año constantes amenazas por parte de los albaneses. Puede que todo esto sea solo mera presión política, pero hay que seguir estando alerta. No creo que haya un conflicto que se vaya a propagar por toda la región de Balcanes, pero no excluyo la posibilidad de un atentado", aseveró.
Otro especialista, el politólogo macedonio Branko Djordjevski, concluye que la información sobre la posibilidad de incidentes se usa para sembrar el miedo e influir sobre la discusión respecto a la cuestión kosovar en Serbia.