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En realidad sí lo hace, pero de puertas hacia adentro: siete destituciones en seis meses, con récord incluido: fulminó a su último delfín y director de Comunicación, Anthony Scaramucci, cuando éste apenas ostentaba diez días en el cargo.
Pero de puertas hacia afuera, parece que recién el viernes 28, Trump, (y Barack Obama en diferido), se dieron cuenta de que, aunque EEUU pueda hacer lo que quiera en casi todo el mundo, no puede hacerlo con todo el mundo. Y una vez más, confundieron diplomacia y paciencia, con debilidad e inmovilidad, y quedó demostrada la falta de perspectiva, el error de cálculo cometido por Obama al expulsar a 35 diplomáticos rusos. El ajedrez, seguro que no es su fuerte.
En este sentido, Ana Teresa Gutiérrez del Cid, profesora del Departamento de Cultura y Políticas de la Universidad Autónoma Metropolitana de Xochimilco en México, explica que "Rusia esperó con prudencia el cambio de Gobierno (en la Casa Blanca), pero todo ha evolucionado negativamente por las presiones del 'Estado profundo' de EEUU que prácticamente le tienen las manos atadas a Trump, y por lo tanto ante la situación de no devolver las mansiones en EEUU que pertenecen al Gobierno ruso, se da esta expulsión (de 755 estadounidenses de Rusia)".
Al respecto, Gutiérrez del Cid incide en que "desde que Trump asume, la relación (de EEUU) con Alemania empeora por torpezas del propio Trump. Diplomáticamente deja muy mal a Angela Merkel cuando no quiere ni darle la mano, y además presiona por el déficit comercial que tiene la economía estadounidense con la alemana".
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"Alemania, con todo lo poderosa que es políticamente, y líder de la UE, es un país ocupado por las tropas estadounidenses de la OTAN, y ahora (EEUU) van a golpear su economía con algo que es tan necesario y estratégico como el gas ruso", advierte la analista.
Pero puede haber otras consecuencias más nefastas para EEUU detrás de esta nueva oleada de sanciones.
"Es una torpeza de EEUU, pero que está realmente consiguiendo lo que menos quería estratégica y geopolíticamente, y es que Alemania se acercara a Rusia, porque esa ha sido la pesadilla de los geopolitólogos estadounidenses: que las dos grandes potencias militares europeas como Alemania y Rusia se acerquen", expresa la profesora.
En todo caso, el primer acto reflejo de la Casa Blanca salió con un retardo de lógica y de 24 horas. "Las sanciones contra Rusia (…) son para mejorar las relaciones entre ambos países", batió el secretario de Estado norteamericano Rex Tillerson, en una demostración eficaz de desconexión entre su capacidad del habla, y la lógica de su razonamiento. Pero el Twitter de Trump, permaneció "en silencio".
La reacción de Tillerson, en opinión de la analista, se debe a que "EEUU no se consuela y no se resigna a perder la hegemonía que tuvo después de la caída de la Unión Soviética durante unos años. Aproximadamente en el año 2000 esto cambió con la llegada de Vladímir Putin al poder, y con el crecimiento enorme de la economía china, y después con la alianza estratégica entre China y Rusia, se ha balanceado el poder", sentencia Ana Teresa Gutiérrez del Cid.
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