Según informaron medios internacionales, el 23 de julio dos cazas chinos J-10 interceptaron sobre las aguas del mar de la China Oriental un avión de reconocimiento estadounidense EP-3 al que se aproximaron a una distancia de 91 metros.
"Pekín espera que EEUU deje esta actividad y evites incidentes como ese", dijo Lu al comentar este incidente.
Por su parte, China "siempre está comprometida con los principios y las reglas internacionales para garantizar la seguridad de los vuelos sobre el mar", aseguró el diplomático.
A la vez el portavoz del Ministerio de Defensa de China, Ren Guoqiang, afirmó que "EEUU debe poner fin a la actividad militar peligrosa, poco profesional e inamistosa y tomar las medidas pertinentes y eficaces para asegurar un desarrollo positivo de las relaciones entre las partes en el ámbito militar".
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El funcionario también calificó de "legal, necesaria y profesional" la actuación de dos cazas chinos Chengdu J-10 y criticó la operación del avión espía estadounidense EP-3 Aries al oeste de la península de Corea.
"La misión de reconocimiento realizada por el avión estadounidense implica peligro para la seguridad nacional, además de resultar perjudicial para la cooperación entre las fuerzas navales y aéreas de los dos países y la seguridad personal de los pilotos", dijo.
No se trata de la primera vez que Pekín acusa a Washington de amenazar la seguridad y la soberanía de China con "acciones provocativas".
Tras el incidente Pekín exigió a EEUU que cese sus maniobras en la zona del Mar del Sur de China que amenazan la soberanía y la seguridad del país asiático.
El pasado 2 de julio China acusó a EEUU de haber violado su soberanía y el derecho internacional al enviar un barco estadounidense a las aguas territoriales de las islas Xisha, que Pekín considera parte de su territorio nacional.