Todo sucedió en la playa de Long Island, en Nueva York, cuando Mark Freeley paseaba al perro. De repente, Storm saltó al agua y empezó a nadar hacia un objeto que estaba flotando.
Freeley dice que al principio no se podía distinguir que era. Luego, el hombre vio que Storm había agarrado algo e intentaba sacarlo del agua. Freeley quedó sorprendido al ver a un cachorro de ciervo al que Storm empujaba hacia la orilla.
El pequeño animal estaba asustado y al principio trató de escapar pero Storm lo puso con cuidado en la arena e intentó consolarlo, empujándolo ligeramente.
El dueño del héroe llamó a los veterinarios que al examinar a la cría confirmaron que estaba fuera de peligro.