Los primeros mensajes de alerta se produjeron en la mañana del 14 de julio. Cuando los equipos de rescate llegaron al lugar, los residentes informaron de que un socavón estaba expandiéndose hacia una de las casas y tenía el tamaño de una pequeña piscina.
En este barrio residencial también se utilizan tanques sépticos en lugar de sistemas de alcantarillado, algo que preocupa a las autoridades dado que las aguas fecales podrían llegar a contaminar un lago cercano, explicó el funcionario.
"El agujero tiene un tamaño de 76,2 metros por 68,5 y una profundidad de 15,2 metros, está lleno de agua y no puede drenarse debido a los escombros", indicó Guthrie. La posibilidad de que contenga productos químicos y fluidos provenientes de tanques sépticos hace que sea todavía más peligroso.