La Fuerza Aérea estadounidense hace pruebas reales para analizar cómo los cazas de quinta generación F-35 realizan las tareas de combate en las zonas de ataque de los sistemas antimisiles rusos y chinos. Para poder acercarse lo más posible a la realidad, los ensayos se efectúan tanto en polígonos, como a través de las simulaciones digitales.
El Pentágono necesita tecnologías capaces de contrarrestar a las amenazas de los enemigos, no solo existentes, sino previstos para los años 2030-2040, afirma Warrior.
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Washington se siente amenazado porque los sistemas de misiles antiaéreos rusos y chinos pueden cambiar rápidamente las frecuencias de funcionamiento y procesar la información en forma digital, lo que aumenta en gran medida sus capacidades de combate, recoge el medio. Las amenazas de los aparatos similares representan un "problema muy difícil", según los generales de la Fuerza Aérea de EEUU, ya que estos complejos tienen un radio de acción que se extiende por cientos de millas.
Los constructores del F-35 ponen énfasis en que a pesar de que en el futuro cercano no se predice ningún conflicto con un país concreto, la Fuerza Aérea de EEUU debe estar preparada para cualquier condición inesperada.
"El hecho de que va en aumento la cantidad de artículos en los medios norteamericanos, dedicados a comparar los F-35 a los cazas rusos y chinos, además de los sistemas de defensa antiaérea, revela que Washington, a pesar de todas las características técnicas del F-35, no confía por completo en este aparato aéreo", advirtió el especialista militar Konstantín Makienko al medio ruso Gazeta.ru.
De acuerdo con Makienko, solo un verdadero conflicto armado expondrá el valor real de este vehículo.
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