Según Die Welt, la integración económica de los países balcánicos supone un giro inesperado si tenemos en cuenta las guerras que vivió la región en la década de los 90 del siglo XX, que dejaron más de 130.000 víctimas mortales y millones de desplazados. Los conflictos armados que afectaron a los pueblos que integraban la República Federativa Socialista de Yugoslavia desembocaron en la aparición de varios Estados incapaces de construir relaciones entre sí.
Sin embargo, los lazos económicos entre las naciones de la antigua Yugoslavia siguen conservándose pese a las diferencias políticas.
"Muchas empresas serbias tienen redes de distribución ubicadas en todo el territorio de la antigua Yugoslavia", declaró a Sputnik Carlos de Kordu, presidente de la oficina serbia del banco Crédit Agricole. El economista explicó que todavía existe en la región una "coherencia económica".
Sin garantías de lealtad hacia la UE
La negativa de las élites europeas de cumplir con las demandas de los países de la antigua Yugoslavia genera algunas molestias entre los políticos de la región. Así, el ministro de Exteriores de Montenegro, Srdjan Darmanovic, expresó que "no debemos considerar que nuestra adhesión a la UE esté garantizada, sin embargo, los europeos tampoco deben pensar que está garantizado nuestro compromiso con la Unión".
Por su parte, los países líderes la UE, Alemania y Francia, tampoco tienen prisa para integrar dentro de las estructuras europeas a países que tienen sus propios problemas internos, como el crecimiento del islamismo y los flujos migratorios.
De este modo, Berlín y París tratan de fomentar el desarrollo económico de la región sin ofrecer la adhesión a la UE a los Estados de la antigua Yugoslavia que todavía no forman parte del bloque. Así, en mayo de 2017, el ministro de Asuntos Exteriores de Alemania, Sigmar Gabriel, propuso la creación de un "mercado común en los Balcanes". En julio del mismo año, la idea fue discutida en un foro internacional celebrado en Trieste, en el que participaron los representantes de seis países de la UE y de los Estados balcánicos que aspiran a entrar en el club europeo. A su vez, Berlín prometió invertir en las economías de los países de la antigua Yugoslavia y, al mismo tiempo, instó a que estos cooperaran más entre sí.
China apunta a los Balcanes
Para Alemania, uno de los incentivos para invertir en la región es el aumento de la actividad comercial de Pekín, que 'apuntó' a la zona de cara a la realización de su proyecto Nueva Ruta de la Seda, iniciado en 2014.
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Así, en los últimos años, China ha adquirido en los países de la antigua Yugoslavia varias empresas clave, entre ellas, la única planta de acero de Serbia. Las inversiones chinas en la economía de los países balcánicos, así como el 'dumping' en el precio del acero, son motivo de creciente preocupación en Bruselas, Berlín y París.