El objetivo es ser declarado hijo de los príncipes descendientes de la dinastía reinante en la Rus de Kiev y los principados sucesores de ésta hasta el siglo XVII.
Según su abogado, Enrique Vila, "ya ha asumido la relación de consanguinidad de forma abierta en varios documentos privados y le ha autorizado a representarla ante organismos públicos y privados", según revela Europa Press.
Álvarez descubrió "con poco más de veinte años" que "su progenitor era miembro de una casa imperial rusa", la de los Rurikovich, previa a la dinastía de los Romanov.