"El espionaje en términos que no correspondan estrictamente a la ley es algo absolutamente inaceptable, algo que no cabe en una democracia y en una sociedad libre", dijo Videgaray en una conferencia de prensa luego de reunirse con congresistas de EEUU para hablar de temas comerciales.
Luego de las denuncias sobre mensajes maliciosos a teléfonos inteligentes para tomar control de los aparatos, Videgaray dijo que su oficina "está y estará muy atenta a las declaraciones que hagan, a las indicaciones que escuchemos por parte de las áreas competentes del Gobierno".
Interrogado si el Gobierno mexicano aceptaría una investigación internacional que han pedido defensores de DDHH, el jefe de la diplomacia mexicana insistió en que "la secretaría de Relaciones Exteriores estará atenta a las determinaciones que tomen las áreas competentes del Gobierno".
Videgaray evitó asumir una responsabilidad: "no estoy haciendo alguna declaración al respecto, simplemente señalar que la Cancillería estará muy atenta a las determinaciones que tomen las instancias correspondientes" acotó.
En un comunicado conjunto con la CIDH, el Gobierno rechazó "cualquier acto que atente en contra de la libertad de expresión y del derecho a la privacidad de las personas".
Las denuncias indican que ese presunto espionaje fue realizado "sin mandato judicial a distintos actores sociales en México, incluyendo a periodistas y a personas defensoras de derechos humanos".
Esas supuestas acciones de espionaje fueron dirigidas contra el Grupo Interdisciplinario de Expertos Internacionales (GIEI) de la CIDH, que coadyuvó entre 2015 y mayo de 2016 con las autoridades mexicanas para esclarecer la desaparición de 47 estudiantes de la escuela normal de maestros de Ayotzinapa, ocurrida en septiembre de 2014.