México Evalúa ofrece, en el nuevo portal, análisis y datos sobre diferencias entre el presupuesto aprobado por el Congreso y el gasto público realmente ejercido del Gobierno, su nivel de endeudamiento, sus ingresos, sus gastos y la evolución del presunto daño al erario, entre otros indicadores.
"Con esta plataforma digital, buscamos impulsar la discusión sobre el presupuesto y contribuir a construir una política fiscal sostenible que brinde el máximo valor a cambio del dinero público", dijo Jaime, experta en temas de transparencia y rendición de cuentas.
"Ante la falta de contrapeso que ofrece el Legislativo en este ámbito, el control ciudadano sobre el presupuesto y su ejercicio es más necesario que nunca", expresó la fundadora y directora general de organismo ciudadano.
El Gobierno de México aumentará su deuda pública del 35,8 al 49,2% del Producto Interno Bruto (PIB) los seis años del mandato del presidente Enrique Peña Nieto que termina en diciembre de 2018, indica un documento oficial enviado el 31 de marzo pasado al Congreso.
Gastos arriba del presupuesto aprobado
El verdadero presupuesto ejercido "es como una caja negra que poco a poco va revelando su contenido, conforme se va ejerciendo en el año fiscal", dijo la experta.
El momento de mayor transparencia solo se logra una vez que los recursos se han gastado completamente, lamentó.
Solo en algunos programas de subsidios del llamado Ramo 23, un cajón negro de gasto asociado a los "moches" (sobornos), el año pasado el gobierno federal gastó más de 5.000 millones de pesos adicionales (unos 280 millones de dólares) al monto originalmente aprobado.
Un balance de los últimos 16 años hecho por México Evalúa indica que el Gobierno federal gastó más de 3,5 billones de pesos (195.000 millones de dólares) "sin que el Congreso discuta ni apruebe su asignación y en un contexto de escasa rendición de cuentas", denunció la experta.
La Caja Negra busca obligar al Congreso a discutir y aprobar cada año "un presupuesto con cifras más realistas, para construir una política fiscal sostenible que brinde el máximo valor a cambio del dinero público".
Finalmente, los expertos encontraron que la calidad del gasto público continúa erosionándose.
Por ejemplo, la inversión en la infraestructura física cayó un 15% en términos reales en mayo de 2017, con respecto a mayo de 2016, en contraste, el Gobierno solo redujo su gasto total un 4%.