Se trata del Centro de Investigación Mixto Internacional "Globalización y Sociedad" (CIMI-GyS), un centro binacional conformado a partir de un acuerdo entre el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), de la Argentina, y la Universidad de Shanghái. Según explicó el director responsable de la parte argentina, el sociólogo Mallimaci, ya existía cooperación en el área de las llamadas "ciencias duras", pero "había que hacer algo también en el área de las ciencias humanas para comprender, a través de un vínculo estrecho, el fascinante proceso de China".
El tema de la globalización es uno de los ejes: "globalización y protesta social, globalización y economía, globalización y desarrollo urbano rural y globalización y creencias religiosas", detalló. Otro de los ejes es "la idea de modernidades múltiples: "recoge experiencias históricas de largo plazo que dan como resultado la modernidad europea, la norteamericana, la china y la de América Latina, cada una con sus particularidades".
Según Malimacci, "Es necesario un viaje a las raíces (Confucio, taoísmo, budismo)".
En febrero de 2018 se reunirán en Ushuaia, conocida como la ciudad del Fin del Mundo, veinte becarios argentinos y veinte chinos para intercambiar saberes y experiencia. Sobre las barreras culturales e idiomáticas que existen a la hora de este intercambio, el experto afirmó que "la Universidad de Shanghái y el gobierno chino han aumentado mucho las becas para ir a China, para maestrías y doctorados. La primera parte para todos es estudiar cultura y lengua china, tanto allá como acá". Agregó que "el gobierno chino ha puesto y quiere invertir mucho en el castellano, sobre todo si quiere tener presencia en América Latina. En China hoy hay 4.000 universidades y un importante grupo de ellas ha puesto estudios latinoamericanos".
Malimacci analizó, además, la figura del Papa Francisco, la hostilidad de ciertos grandes medios de comunicación en su contra y el mensaje contrahegemónico que él hace circular.