Basam Abu Abdala, profesor de relaciones internacionales en la Universidad de Damasco, aseguró en Sputnik que el cambio de rumbo del Gobierno de Estados Unidos no es una maniobra política o una concesión a Rusia, sino algo más.
"La nueva estrategia de EEUU en Siria indica que reconocen el fracaso de sus políticas anteriores. Se ha hecho del todo evidente que, sin un cambio en sus políticas, la situación [en Siria] no puede hacer más que empeorar", sostiene Abdala.
La derrota de los combatientes en los campos de batalla sirios se ha convertido en un factor decisivo en el cambio de estrategia occidental en Siria, explica Abdala, quien la atribuye a la resistencia que ha mostrado el pueblo sirio y a los cambios en el equilibrio de fuerzas.
"Vemos cómo la influencia política de Moscú y Pekín está creciendo", dice.
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El profesor apunta a que el destino del presidente sitio, Bashar Asad, depende del pueblo sirio y que se trata de una cuestión de soberanía nacional en la que no hay lugar para la injerencia extranjera.
Estados Unidos no es el único
A Israel le preocupa que el Ejército sirio se esté concentrando en sus fronteras al sur porque interrumpe los planes israelíes de expandir su influencia en los Altos del Golán.
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El profesor concluyó reconociendo que los últimos pasos dados por las potencias foráneas en Siria se deben en gran parte a los esfuerzos de Moscú y a su iniciativa de crear zonas de distensión para reducir la escalada del conflicto. "Como los detalles de esta iniciativa fueron discutidos con el Gobierno sirio, la relación entre ambos países es de confianza", concluye el especialista.