"Es un veredicto muy decepcionante y vamos a apelar", señaló Andrew Smith, de la Campaña Compra el Comercio de Armas (CAAT, por sus siglas en inglés), entidad que interpuso la querella por sus consecuencias en la guerra en Yemen.
"La ley es clara: si hay un riesgo claro de que las armas británicas pueden utilizarse en la comisión de graves violaciones de la legislación internacional, la venta de armas no puede continuar", defendió la abogada de CAAT, Rosa Curling, del despacho Leigh Day.
CAAT apoyó su demanda en informes internacionales y otros documentos sobre alegaciones del uso de armamento y munición de fabricación británica en ataques contra objetivos civiles en Yemen.
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Reino Unido apoya a Arabia Saudí en esta operación bélica y Riad es el principal destino de las exportaciones de armas británicas.
Leigh Day advierte de que todas las pruebas desveladas en las vistas públicas apuntan a un "riesgo muy real" de infracción de la Ley Humanitaria Internacional por parte del Reino Unido en estas y anteriores transacciones.
"Nuestro Gobierno no puede permitirse ser cómplice de las graves violaciones legales que la coalición saudí está cometiendo en Yemen", denunció Curling.
El Tribunal debe decidir si autoriza elevar el caso a la siguiente instancia en la Corte de Apelación.