El escrito de acusación presentado por el Ministerio Público solicita que siete de los ocho procesados sean condenados con penas de 12 años y medio de prisión por cada uno de los cuatro delitos de lesiones terroristas de los que se les acusa, lo que suma un total de 50 años para cada uno de ellos.
Este mismo delito es achacado por el Ministerio Público a uno de los jóvenes acusados por lesiones, lo que suma otros 12 años y medio a su petición de cárcel, dejando una solicitud final de 62 años para él.
Según informó la Audiencia Nacional en un auto del pasado mes de noviembre, un teniente de la Guardia Civil y un sargento se encontraban de paisano en un bar junto a sus parejas cuando uno de los procesados se acercó a ellos para decirles que "no tenían derecho a estar allí".
"Cuando los cuatro agredidos trataron de salir del bar se encontraron en la calle con otro grupo de entre 15 y 20 personas que, junto con las anteriores, continuaron insultándoles y golpeándoles hasta que se personaron en el lugar dos agentes de la Policía Foral", relata el auto.
De acuerdo con la información contenida en el escrito de acusación, el teniente sufrió contusiones múltiples, fractura de tobillo y una herida en el labio.
Por su parte, el sargento agredido presentó contusiones en la cabeza y diversas heridas en espalda y brazo.
Las peticiones de la Fiscalía fueron calificadas como "un despropósito" por el líder de Izquierda Unida, Albertó Garzón, para el que este tipo de respuestas judiciales solo sirven para "banalizar el terrorismo" y "dar satisfacción a la agenda ultra" del Partido Popular.
Del mismo modo, la coalición independentista vasca de izquierdas EH Bildu manifestó "su más absoluto rechazo" a la petición de la Fiscalía y a que se juzguen como delitos de terrorismo unos hechos que "no pasarían de considerarse un altercado".