"Los consejeros de política exterior del presidente Donald Trump han propuesto un cambio importante en la estrategia que se está siguiendo en Afganistán que permitirá a EEUU seguir con la persecución del movimiento talibán de manera más efectiva", dice el periódico.
En un comentario para Sputnik, el columnista y político afgano Ali Ahmad Karimi explica que los norteamericanos no son capaces por sí solos de derrotar a los talibanes y que la guerra que se está librando no es la de los afganos sino la de EEUU, que arrastra a la OTAN consigo:
"El colapso político y la 'ceguera' de la política de EEUU en Oriente Próximo, incluida Siria, han acentuado la crisis política nacional en el país norteamericano. La manera en la que EEUU se contradice ha desembocado en tensiones sin precedentes en otros países por las acciones de los norteamericanos", dice Karimi.
A propósito de la falta de coherencia de la Casa Blanca, también recuerda que incluso entre los aliados de EEUU y los miembros de la OTAN no hay consenso.
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Karimi explica que el plan inicial del Pentágono en Afganistán ha desembocado en una gran cantidad de conflictos y de pérdidas humanas entre los soldados norteamericanos y afganos, y que eso ha provocado el rechazo de la población afgana a EEUU. Según Karimi, ante esta situación, EEUU ha pasado al segundo plan.
"Después de que el primer plan no saliese bien, EEUU pasó al plan B. La Casa Blanca pidió ayuda a sus aliados y a Pakistán para que interviniesen en Afganistán, y a Arabia Saudí y a Jordania, para que hiciesen lo mismo en Irak y en Siria. Pero no les ha salido bien. Rusia ha cosechado éxitos en la lucha contra el terrorismo y eso ha hecho que gane reputación internacional. Ahora EEUU necesita un plan C".
Concluye el columnista asegurando que la mayoría de los países de la región no creen que EEUU esté tomando medidas reales contra el terrorismo y que Washington espera que el resto de países "le hagan el trabajo sucio" y que sea él quien luego se lleve los laureles.