Los dos perros titubearon antes de zambullirse en la piscina. Primero se decidió el más grande de los dos. Solo luego el pequeño yorkshire decidió mojarse. Eso sí: bien poco. Para sorpresa de todos, el pequeño prefirió utilizar el lomo de su compañero como tabla de surf.
El vídeo ya ha sido visto más de 35.000 veces durante sus primeras 24 horas en Youtube.