Al intervenir en la segunda edición de las Lecturas Primakov, un foro de discusión en homenaje al político y diplomático ruso Evgueni Primakov (1929-2015), el jefe de la diplomacia rusa denunció que "la Alianza del Atlántico Norte sigue aferrándose a la lógica de la Guerra Fría en un intento de justificar su propia existencia".
"La OTAN ha sido incapaz de dar una respuesta apropiada al incremento de la amenaza principal de la actualidad: el terrorismo", afirmó Lavrov.
Tras la reincorporación de Crimea a Rusia y la crisis en el este de Ucrania, la OTAN suspendió toda cooperación civil y militar con Moscú aunque al mismo tiempo decidió preservar los canales del diálogo político, la comunicación militar y continuar la labor del Consejo OTAN-Rusia a nivel de embajadores o inferior.
El Consejo Rusia-OTAN, como foro de consultas bilaterales, celebró en abril de 2016 su primer encuentro en dos años, volvió a reunirse en julio y diciembre y en marzo pasado tuvo lugar la última reunión.
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En julio de 2016, la OTAN aprobó un incremento sin precedentes de su presencia militar en el este de Europa que incluye el despliegue de cuatro batallones multinacionales en Estonia, Letonia, Lituania y Polonia en el marco de una política de contención de Rusia, a la que acusa de desestabilizar la situación en Ucrania.
Paralelamente, la Alianza sigue adelante con el emplazamiento de armas antimisiles estadounidenses en Europa.
A mediados de mayo de 2016, la OTAN puso en servicio el sistema estadounidense Aegis Ashore en la base rumana de Deveselu.
Esta base de interceptores forma parte de la arquitectura de defensa frente a misiles balísticos que ya incluye cuatro buques destructores de EEUU emplazados en la base de Rota, sur de España, y un radar en Turquía, y en el futuro integrará también un puesto de radares y antimisiles en Redzikowo, Polonia.