Los sistemas antitanque Jrisantema-S, conocidos como 'asesinos de tanques', están diseñados para destruir carros de combate y otros vehículos de blindaje ligero. Además, pueden derribar fortificaciones, infraestructura, helicópteros en vuelo a baja altura y también neutralizar tropas del adversario. Los sistemas de este tipo entraron en servicio de las Fuerzas Armadas de Rusia en 2015.
Según el Ministerio de Defensa de Azerbaiyán, Moscú planea mantener los envíos de armas y maquinaria militar a Bakú en el futuro.
El pasado abril, Rusia también efectuó un gran envío de equipo militar a Azerbaiyán. Dicha remesa constaba de vehículos blindados, incluyendo los de transporte de personal BTR-82.