"El ataque causó infecciones por todo el mundo y todavía no ha sido parado", dice el comunicado.
Europol indicó que "en esta etapa es imposible decir cuántas victimas fueron infectadas" por el virus informático.
El directo ejecutivo de la organización, Rob Wainwright, advirtió que "hay semejanzas claras con el ataque de WannaCry, pero también hay indicaciones de una capacidad sofisticada encaminada a explotar una gama de vulnerabilidades".
Europol recomendó no pagar a los hackers, denunciar de inmediato el ataque a la policía y desconectar el equipo afectado de internet.
Para prevenir la infección, la entidad llama a actualizar los sistemas operativos, hacer una copia de seguridad de la base de datos, utilizar los programas de seguridad informática y evitar abrir los archivos sospechosos o inesperados adjuntos a los correos electrónicos.
"No confíe en nadie", subrayó.
Más tarde se supo que el virus se había propagado por varios países.
El nuevo virus secuestrador afectó los servidores de empresas petroleras, energéticas, farmacéuticas, de telecomunicaciones y los organismos públicos.
Mientras los primeros informes indicaban que se trataba de un malware relacionado con la familia Petya, más tarde varias empresas de seguridad informática aseguraron que se trata de un virus distinto.
El software EternalBlue, diseñado por la Agencia Nacional de Seguridad de EEUU (NSA) filtrado por el grupo de hackers Shadow Brokers, sirvió de base para el virus secuestrador WanaCrypt0r 2.0 que en mayo pasado bloqueó más de 200.000 ordenadores en unos 150 países.