La fiesta del sol se celebró en una antigua fortaleza inca a dos kilómetros de Cusco. En las ruinas imperiales tuvo lugar una representación teatral, donde un millar de actores recordaron el culto de los incas a su dios.
El rito fue prohibido por los españoles en el siglo XVI, pero los peruanos lo restauraron en el año 1944. Actualmente, el festival goza de gran interés turístico.