Estos grandes 'estornudos' del plasma solar pueden alcanzar nuestro planeta en el plazo de uno a tres días, conllevando un efecto devastador.
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Las CME son estructuras parecidas a nubes, influenciadas por los vientos solares cuando se acercan a la Tierra, según descubrió el grupo de investigadores de la Universidad de Reading. Por lo tanto, no es fácil predecir sus desplazamientos.
A pesar de que ocurren con frecuencia, es difícil determinar cuáles de ellas serán lo suficientemente fuertes a la hora de impactar a la Tierra.
Según Mathew Owens, uno de los autores del estudio, hasta ahora se ha asumido que las CME se mueven como burbujas a través del espacio y responden a las fuerzas como objetos individuales.
"Hemos encontrado que se parecen más a una nube de polvo en expansión o un 'estornudo', formado por parcelas de plasma individuales (…)", explicó.
Así, dejan de ser una estructura coherente, y en caso de que una parte de la nube quede distorsionada por fuerzas externas, el conjunto se verá afectado. Por lo tanto, el monitoreo de los vientos solares y el clima espacial son aún más importantes de lo que se imaginaba antes.