"Las líneas magnéticas están estrechamente relacionadas con las partículas cargadas. Si en las entrañas del Sol y en nuestros modelos estuvieran presentes solo tales partículas, los campos magnéticos 'se atascarían' y no podrían salir fuera de la superficie del astro. Cuando agregamos las partículas neutrales en los modelos, los campos magnéticos se hicieron móviles", relata el científico español Juan Martínez Sykora, del Laboratorio de astrofísica solar de la compañía Lockheed Martin (EEUU).
Los investigadores explican que, desde la Tierra, el Sol parece un disco liso, brillante y tranquilo, pero en realidad su superficie 'hierve' casi siempre y se mueve continuamente. Cada día, en la superficie solar tienen lugar explosiones que lanzan centenares de millones de toneladas de materias calientes al espacio.
Martínez Sykora y sus colegas revelaron también por qué existen tales 'cabellos'. Para ello, analizaron los datos recogidos por el aparato IRIS, lanzado en 2013 para observar el nacimiento de las explosiones en la superficie y los procesos en la cromosfera —capa exterior del Sol-.
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Según los científicos, decenas de millones de espículas nacen y desaparecen en la cromosfera cada segundo. Sus emisiones alcanzan decenas de miles de kilómetros de altura entre 5 y 10 minutos —un período muy corto para el espacio-, y luego vuelven atrás o se salen definitivamente al espacio.
Sobre la base de los datos recogidos, fue creado un modelo computarizado de las entrañas del Sol. Y quedó al descubierto cómo la materia de las espículas se calienta casi en un instante hasta los varios millones de grados Kelvin en el momento de salir de la superficie solar. Esto ayuda a entender cuál es el papel de los campos magnéticos en su nacimiento.
Así, los átomos neutrales no se agarran a las líneas de los campos magnéticos y les facilitan el movimiento, lo que permite a las líneas salir a la superficie del Sol llevando consigo las partículas cargadas y emitiéndolas a la atmósfera del astro y al espacio como catapulta.
El mismo proceso calienta también el plasma emitido y provoca particulares ondas magnéticas que se explican por el viento solar.
Los científicos esperan que el descubrimiento ayude a predecir mejor el tiempo solar y permita a los astrónomos y físicos entender mejor cómo nacen otros tipos de emisiones en la superficie solar.
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