"No ratificaremos el CETA en el Parlamento español, nuestra posición será la de una abstención motivada", afirmó a través de un comunicado Pedro Sánchez, secretario general del PSOE.
"Tenemos diferencias en el modo de resolución de disputas, en el desequilibrio en la protección de los derechos laborales frente a los inversores y en la ausencia de penalizaciones en la violación al tratado", explicó Sánchez.
El secretario general del PSOE trasladó su postura sobre el CETA al comisario europeo de Asuntos Económicos y Financieros, Pierre Moscovici, con quien mantuvo un encuentro este 22 de junio en Madrid.
"La vía socialista es la de la izquierda de Gobierno: la que combina de manera efectiva los procesos democráticos y los derechos laborales y medioambientales", aseguró Sánchez.
El líder de los socialistas recordó que el CETA solo dedica 4 de sus 1.600 páginas a hablar de derechos medioambientales y criticó que el tratado se haya hecho de sin contar con la participación de la sociedad civil.
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La retirada del apoyo al CETA por parte del PSOE llega solo dos días después de que los socialistas votasen a favor del tratado en la Comisión de Exteriores en el Congreso de los Diputados.
Además, el pasado mes de febrero los 14 eurodiputados del PSOE dieron su visto bueno al acuerdo en el Parlamento Europeo.
Para ratificar el acuerdo en el Congreso de los Diputados es necesario que el número de votos favorables al acuerdo supere al de los negativos.
La abstención del PSOE no supondría, en principio, un escollo para la ratificación del tratado ya que sus 84 diputados no se enmarcarían en el sector de los contrarios al mismo, lo que otorgaría a los distintos grupos conservadores del Congreso un amplio margen de maniobra para dar su visto bueno al CETA.