Así lo indica un reciente estudio publicado en el American Heart Journal. La investigación analizó los datos de más de 156.000 pacientes con enfermedades cardiacas en Suecia entre los años 2006 y 2013.
Los investigadores compararon las tasas diarias de infartos durante los días de vacaciones de Navidad y Año Nuevo, los comienzos de cada nuevo mes, los lunes, los fines de semana y las vacaciones de verano con los días de control.
Resultó que, precisamente, al comienzo de la semana aparece el mayor riesgo de un ataque cardiaco, lo que se explica por los elevados niveles de estrés psicosocial vinculados con el inicio de la semana laboral.
Además, los lunes siguen directamente al descanso del fin de semana, cuando aumenta el consumo de grasas y alcohol, lo que causa un deterioro en la salud del corazón.
