El Partido Nacionalista Escocés obtuvo 35 mandatos; el Partido Liberal Demócrata, 12; el Partido Unionista Democrático, 10; el Plaid Cymru de Gales, tres y el Partido Verde, uno.
Por tanto, ningún partido obtuvo más de la mitad de los mandatos necesarios para crear un Gobierno, lo que significa un fracaso para la primera ministra británica, Theresa May y la obliga a buscar pactos para alcanzar la mayoría absoluta de 326 escaños.
La víspera se informó que May pretende depender del Partido Democrático Unionista de Irlanda del Norte (DUP, por sus siglas en ingles) para formar un Gobierno que ofrezca estabilidad y seguridad en Reino Unido.
La primera ministra adelantó los comicios con la intención de ampliar su mayoría parlamentaria y, con ello, "reforzar su mano" en la negociación del Brexit.