Según opinan los investigadores, este órgano está formado por numerosos filtros situados entre las células de grasa. Estas células, denominadas manchas lácteas, son capaces de recopilar información sobre la salud de la cavidad abdominal de una persona y ayudar a combatir algunas enfermedades.
"El líquido alrededor de los órganos abdominales no solo se asienta allí, sino que circula a través de los puntos lácteos, los cuales recolectan células, antígenos y bacterias antes de decidir los pasos a seguir inmunológicamente", indicó Troy D. Randall, uno de los autores de la investigación.
No obstante, en lo que respecta a las enfermedades oncológicas, las tolera en lugar de combatirlas. Al mismo tiempo, el hecho de que las manchas lácteas del epiplón sean un caldo de cultivo para células cancerosas puede ser de gran importancia para las futuras investigaciones acerca de la detección temprana del cáncer y la creación de una innovadora terapia para controlar los tumores abdominales, además de contribuir a la estimulación de la inmunidad antitumoral.
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"Si podemos probar esto, entonces podemos comenzar realmente haciendo avances en los tratamientos contra el cáncer, porque en la mayoría de los casos, ni siquiera se detecta el cáncer de ovarios hasta que ha producido metástasis. Entender cómo el cáncer cambia el sistema inmunológico nos llevará directamente a las formas de intervenir y, con suerte, nos ayudará a comenzar a cambiar las cosas", concluyó Randall.