"(Las relaciones) con Estados Unidos no solo quedaron congeladas en lo político, sino también se registró una caída significativa en el intercambio comercial que se desplomó en un tercio", dijo a los periodistas.
Las relaciones entre Moscú y EEUU empezaron a empeorar en 2014 por la crisis en Ucrania y la adhesión de Crimea a Rusia, y sufrieron el ulterior deterioro por las discrepancias respecto a la crisis siria y las acusaciones de supuesta injerencia rusa en la campaña electoral en Estados Unidos.
Esta tensión derivó en que a finales del año pasado el Departamento de Estado de EEUU declaró personas no gratas a 35 diplomáticos rusos y ordenó el cierre de dos inmuebles en Maryland y Nueva York que los diplomáticos rusos supuestamente utilizaban para espionaje.
Tanto el Kremlin como el Ministerio de Exteriores ruso negaron rotundamente la implicación de Rusia en los supuestos ciberataques en las elecciones en EEUU.
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El presidente Vladímir Putin anunció que el país no bajará "al nivel de la diplomacia primitiva" y se reserva el derecho a tomar contramedidas en función de la política que aplique la nueva administración estadounidense.