De acuerdo con el investigador ruso, en el estado de muerte clínica —pese a que se detienen la respiración y el riego sanguíneo— el cerebro humano continúa vivo, y la muerte de este órgano vital se produce de forma gradual.
Además de esto, Serdiukov citó el libro 'La vida después de la muerte', del psiquiatra ruso Lev Litvak, publicado en 2007 y dedicado a la experiencia cercana a la muerte de este médico, que estuvo en coma durante 26 días. En su trabajo, el profesor dividió su experiencia en cuatro etapas: llamó a la primera etapa 'la oscuridad', a la segunda 'depresión vital', a la tercera 'la euforia' y a la cuarta 'salida del estado terminal'. En su conjunto, el psiquiatra calificó la experiencia como un "proceso psicopatológico".
De acuerdo con la revolucionaria teoría del investigador ruso, todas las personas influyen en el contenido de sus propias visiones, percibidas en un estado de muerte clínica.
Por ello, defendió la necesidad de formarse una percepción más positiva de la realidad para que quede "estampada" en el cerebro de manera indeleble.
De acuerdo con el científico ruso, las visiones suelen durar de forma indefinida debido a la ausencia de reguladores naturales del tiempo, como la luz solar o el latido del corazón. Sin embargo, en realidad, suelen durar poco, por lo cual la vida de una persona, en su lecho de muerte, es percibida como una visión breve.